Carta al maestro

Hola maestro, soy yo, por última vez.
Quería agradecerte por todo, por tanto que me enseñaste secreta y distantemente.
Sé que tengo mucho por aprender y que tendré que adoptar nuevos maestros, pero como siempre dicen por ahí, el primero nunca se olvida (si lo sabrás vos que siempre te preocupaste por "la primera vez").
Te voy a extrañar, y tu ausencia hoy me pesó más que nunca.
Hace días que vengo mal, pero lo de hoy fue terrible.
Aguanté todo lo que pude, porque sé que tu estilo era otra cosa, pero a la tarde me quebré, no pude contener algunas lágrimas.
Vos sabés que de alguna forma me hiciste lo que soy.
Si fueramos parientes sería tu sobrino, tu hijo... sé que de alguna manera fuí tu ahijado.
Mi humor es tu humor, mi enfermedad fue la tuya también.
Ojalá pudiera llevar al papel lo que vivo día a día, pero eso no lo pude aprender nunca de vos.
Y bueno, como alguna vez dijiste, peor es nada.
Me vas a hacer falta.